CORTEJO O NOVIAZGO
OSCAR MARTINEZ
OSCAR MARTINEZ
Cuando leí en un grupo de WhatsApp de NEXGEN sobre noviazgo y matrimonio, recordé una sección de un libro llamado Sexo y la Supremacía de Cristo de John Piper. En este capítulo, escrito por Scott Croft, se habla sobre cómo deberían ser nuestras relaciones según la Biblia. Me pareció tan importante que quise compartir contigo estas ideas. Reflexionar sobre esto nos desafía a examinar nuestras relaciones y preguntarnos: ¿estamos construyendo algo que honra a Dios o simplemente seguimos las tendencias del mundo?
Exploraremos dos enfoques comunes: el cortejo bíblico y el noviazgo moderno, analizando cómo se diferencian y cuál se alinea más con el diseño de Dios.
Scott Croft define el cortejo como una relación intencional que comienza cuando un hombre soltero se acerca a una mujer soltera, a menudo con la guía de su familia o la iglesia, y con un objetivo claro: el matrimonio. No significa que todos los cortejos terminen en boda, pero desde el inicio se busca discernir si esa relación glorifica a Dios y tiene futuro.
Por otro lado, el noviazgo moderno es más informal. Puede empezar sin ningún propósito claro, y muchas veces se enfoca en "probar" o "practicar" relaciones para encontrar a la pareja ideal. Aunque el noviazgo en sí no es pecado, las prácticas comunes asociadas a él, como la intimidad emocional y física sin compromiso, se alejan del diseño bíblico.
Como señala Tim Keller en su libro El significado del matrimonio, “el matrimonio no se trata de encontrar a la persona perfecta, sino de convertirse en la persona correcta”. Este principio debería guiar también nuestras relaciones previas al matrimonio, enfocándonos más en nuestra transformación espiritual y en cómo honramos a Dios que en nuestras expectativas egoístas.
1. El motivo: ¿Diversión o propósito?
La Biblia enseña que las relaciones románticas deben apuntar al matrimonio. Pasajes como Génesis 2:24 hablan del diseño de Dios para la unión entre un hombre y una mujer: “Por eso el hombre dejará a su padre y a su madre, se unirá a su esposa, y los dos serán una sola carne”. Esto implica que nuestras relaciones no son un simple juego emocional, sino un paso hacia una unión que refleje la gloria de Dios.
El cortejo bíblico comienza con un motivo claro: discernir si la otra persona puede ser tu cónyuge. En cambio, el noviazgo moderno a menudo es visto como recreativo, sin un propósito eterno. Muchos argumentan que es necesario “practicar” para aprender a tener relaciones, pero esto no tiene sustento bíblico. En lugar de proteger nuestros corazones y nuestra pureza, esta mentalidad abre la puerta a relaciones que pueden causar muchos efectos pecaminosos.
Jesús dijo en Mateo 5:8: “Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios”. Buscar una relación sin pureza ni propósito nos aleja de esta promesa.
2. La mentalidad: ¿Egoísmo o servicio?
En el noviazgo moderno, la pregunta central es: “¿Cómo sé que esta persona es la indicada para mí?”. Aunque esto parece normal, revela un enfoque egoísta: se trata de mis necesidades, mis deseos y mis expectativas. Pero el enfoque bíblico es diferente. Filipenses 2:3-4 nos exhorta: “No hagan nada por egoísmo o vanidad; más bien, con humildad consideren a los demás como superiores a ustedes mismos. Cada uno debe velar no solo por sus propios intereses, sino también por los intereses de los demás”.
El cortejo bíblico, en contraste, se basa en el servicio y el sacrificio. El hombre no busca satisfacer sus caprichos, sino honrar a la mujer como una hija de Dios. Efesios 5:25 llama a los esposos a amar a sus esposas como Cristo amó a la iglesia, entregándose por ella. Este principio también se aplica antes del matrimonio: ¿estás dispuesto a amar con un corazón puro y a servir sacrificialmente a la persona que cortejas? Como señala Tim Keller, el amor verdadero es un acto de voluntad que busca el bien del otro, no solo un sentimiento pasajero.
3. Los métodos: ¿Compromiso o intimidad?
Una de las mayores diferencias entre el cortejo bíblico y el noviazgo moderno es el orden entre compromiso e intimidad. En el modelo moderno, la intimidad emocional y física precede al compromiso. Las parejas pasan grandes cantidades de tiempo a solas, comparten secretos profundos y cruzan límites físicos sin estar comprometidos. Esto a menudo lleva a heridas emocionales y pecados, especialmente cuando la relación termina.
En contraste, el cortejo bíblico prioriza el compromiso antes de la intimidad. 1 Tesalonicenses 4:3-4 nos llama a la santidad: “Es la voluntad de Dios que sean santificados; que se aparten de la inmoralidad sexual; que cada uno aprenda a controlar su propio cuerpo en manera santa y honrosa”. Esto implica establecer límites claros y buscar la guía de Dios y de la comunidad cristiana para proteger la pureza.
Scott Croft señala que una relación bíblica se caracteriza por el respeto mutuo, la rendición de cuentas y la búsqueda de la voluntad de Dios. Esto incluye involucrar a mentores, pasar tiempo en grupos y evitar situaciones donde la intimidad pueda llevar a tentaciones.
Vivir una relación que honre a Dios no significa que será perfecta, pero sí que debemos esforzarnos por seguir Su diseño.
Aquí hay algunas prácticas clave:
1. Oración constante: Busca la guía de Dios desde el principio. Santiago 1:5 dice: “Si alguno de ustedes le falta sabiduría, pídala a Dios, quien da a todos generosamente sin menospreciar a nadie”. Ora para que Dios te dé discernimiento y pureza.
2. Consejería sabia: Habla con mentores o líderes espirituales que puedan ayudarte a tomar decisiones sabias. Proverbios 11:14 nos recuerda: “Donde no hay dirección sabia, caerá el pueblo; pero en la multitud de consejeros hay seguridad”.
3. Límites claros: Establece límites en la intimidad emocional y física. 1 Timoteo 5:1-2 nos exhorta a tratar a las jóvenes como hermanas, con pureza.
4. Propósito definido: Antes de iniciar una relación, pregúntate si estás listo para asumir el compromiso del matrimonio. Si no es así, tal vez debas esperar.
5. Enfócate en el carácter: Busca una pareja que ame a Dios más que a ti, alguien cuyo carácter refleje los frutos del Espíritu (Gálatas 5:22-23).
¿Tu relación actual o la que deseas comenzar tiene un propósito claro y bíblico?
¿Estás buscando a alguien que cumpla tus expectativas o estás enfocado en ser la persona que Dios te llama a ser?
¿Estás cuidando la pureza emocional y física en tus relaciones? ¿Qué límites has establecido
¿Qué pasos puedes tomar para involucrar a Dios y a la comunidad cristiana en tu vida romántica?
Señor, gracias por recordarme que tus planes para nuestras relaciones son buenos y perfectos. Ayúdame a buscarte en cada paso, a ser puro en mis intenciones y a honrarte en mis decisiones. Enséñame a amar como Tú amas, con sacrificio y humildad, y a proteger el corazón de aquellos que me rodean. Guíame para vivir una relación que refleje tu gloria y prepare mi vida para el propósito que tienes para mí. Amén.
Bibliografía
1. Croft, Scott. "El sexo y el hombre soltero." En Sexo y la Supremacía de Cristo, editado por John Piper y Justin Taylor, 250–259. Bogotá, D.C.: Centro de Literatura Cristiana, 2013.
2. Keller, Timothy. El significado del matrimonio: Enfrentando las complejidades del compromiso con la sabiduría de Dios. Grand Rapids, MI: Editorial Vida, 2012.
Pastor Oscar Martínez está casado con Wendy, juntos tienen tres hijos: Mateo, Abigail y Elisabet. En el 2017 inició la plantación de la Iglesia Bíblica Casa de Dios (El Fuerte), donde actualmente sirve llevando la visión estratégica y el ministerio de predicación. El pastor Oscar Martínez está comprometido con la re-plantación y plantación de más iglesias. Es director del ministerio juvenil Nexgen